jueves, febrero 25, 2016

Mi pijama rosa

Me pongo este pijama y te recuerdo a ti. Rememoro tu presencia, grande, fuerte, alto, delante de mí y mirándome, pequeña, fina, en apariencia frágil, siempre delgada. Me viene una sonrisa que congela esa imagen como un cuadro. Imborrable y eterno, un instante en que se cruzaron nuestras miradas.
Me pongo este pijama y te recuerdo a ti, aunque sólo me viste una vez con él y apenas fue un segundo, nada. 
Reconozco la sensación de que podría estar segura entre unos brazos que me abarcaban por completo, pero a sabiendas de que sería yo la que permanecería firme cual estaca. Evoco las ganas de que fuera verdad, que, por una vez, yo quisiera ser la salvada. 
Sólo un instante que se viene a mis labios y me vuelve al presente, donde ya estoy a salvo, sola, frente al espejo, mirando mi cara. Descubriendo en mis ojos el brillo que antes te reservaba. A ti, a otros, a quien fuera que no fuese yo y que me hiciera creer que necesitaba ser rescatada, para acabar siendo yo el salvavidas al que quebraban las alas.
Ahora esa mirada me la dirijo a mí. Y la sonrisa vuelve a mi rostro, confiada. 
Y te recuerdo a ti, y sonrío más, porque soy feliz, aquí, sola, frente al reflejo, con mi pijama rosa con conejitos y bragas dibujadas. 

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